viernes, 13 de diciembre de 2013

Publicado en NewAgeCule el 29 de noviembre de 2013

¿Quién ha escondido a los unionistas?

Una encuesta aspira a recoger la opinión de una población, mediante las respuestas de una muestra representativa de la misma, en el caso de la del CEO, 2.500 personas. La representatividad se trata de obtener seleccionando la muestra en base a una serie de variables, que definirían a la población, y que normalmente son la edad, el sexo, y el lugar de residencia. Sin embargo, no resulta fácil de conseguir, y de hecho, todas las encuestas tienen sesgos, o sea, desviaciones de lo que sería una representación fiel de la opinión de la población. Por eso, cuando se trata de estimar un resultado electoral, es necesario recurrir a la “cocina”, que no es ninguna manipulación, sino la aplicación de correcciones a los resultados en bruto, con el fin de que den un resultado realista. Por ejemplo, si en Cataluña sólo se tuvieran en cuenta los resultados en bruto de las encuestas, el PPC sería prácticamente extraparlamentario.
Sin embargo, en el resto de preguntas lo que tenemos siempre son los datos tal cual. El simple hecho de que para asignar diputados con un mínimo de fiabilidad haya que corregir los datos directos de las respuestas, nos debería hacer pensar que no se pueden tomar tal cual los datos del resto de preguntas. Y más si en la encuesta hay un sesgo reiterado y persistente en el tiempo en una única dirección.
Si tomamos los resultados de la pregunta sobre el referendum de independencia de la encuesta del CEO, la independencia es cosa hecha. Un 54,7% a favor frente a un 22,1% en contra supone que el SI ganaría con un 71,2% a favor. Ni sumando a los que no manifiestan opinión da otra cosa que un muy claro resultado a favor del SI.
Ahora bien, ¿es representativa la muestra del CEO?. Porque si la muestra excluye a determindadas partes de la población, deberíamos cuestionar este resultado. Voy a tratar de constrastarlo examinando variables de la encuesta para las cuales hay referencias fiables externas a la misma. A partir de aquí se hará referencia a la página del dossier de prensa publicado con la encuesta (DP), y a las tablas estadísticas de la misma (TE), que pueden encontrarse aquí  (click sobre link).
Primero el recuerdo de voto de las últimas elecciones autonómicas (pag. 43 DP). Comparando las respuestas de la encuesta con el voto real puede verse que el recuerdo de voto a la suma de PP+PSC+Cs es 9,2 puntos inferior a lo que fue realmente. Y de ellos, 6 puntos pertenecen al voto del PP. Por contra, los que recuerdan haber votado a CIU+ERC+CUP son 11,4 puntos más de los que realmente les votaron.
En segundo lugar, las audiencias de los informativos de televisión (pag. 18 DP). Los que contestan a la encuesta en un 52,3% se informan habitualmente con los informativos de TV3, sin embargo, la audiencia de sus informativos llega al 30% a mediodía, y al 20% por la tarde, lo que da una diferencia de la realidad con la encuesta de más de 20 puntos.
En tercer lugar, la lengua. El CEO pregunta por la lengua propia, la materna, y la habitual. En cuanto al uso de la lengua en Cataluña, el estudio más exhaustivo realizado hasta ahora es la encuesta de Idescat (click sobre enlace). Se trató de una macroencuesta de 7.300 entrevistas dirigida a analizar a la población entonces mayor de 15 años. En la página 53 del pdf enlazado puede verse el resultado de la lengua habitual, cruzado con el de lugar de nacimiento. Tomando sólo los datos de los nacidos en Cataluña, y en el resto de España, da que el 42,3% tiene como lengua habitual al catalán, el 44% el castellano, y el 13,8% las dos. Por contra, los porcentajes en la encuesta del CEO (pag. 45 TE) son; el 57,2% el catalán, el 32,5% el castellano, y el 9,3% las dos. Los que usan habitualmente el catalán están sobrerepresentados en la muestra del CEO en casi 15 puntos, mientras los que usan el castellano están subrepresentados en 11,5% puntos .
Recapitulando, los que faltan en la muestra del CEO son gente que vota al PP+PSC+Cs (sobre todo al PP), que no se informa a través de TV3, y que habla habitualmente castellano. Y sobran votantes de CIU+ERC+CUP, que se informan a través de TV3, y que habitualmente hablan catalán. Y los porcentajes no son banales. Como mínimo, cerca de 10 puntos, y en el caso de la audiencia de TV3, más de 20.
Para medir cómo afecta ese sesgo al resultado de la encuesta no hay más que ir a El Periódico (click sobre enlace), que también pregunta por la lengua habitual del encuestado (pag. 21 pregunta 35 del enlace), y en cuya muestra los resultados son: catalán 49,1%, castellano 45%, y las dos 5,6%. Mucho más cercano que el CEO a la realidad (aunque no deja de haber desviación a favor de los catalanohablantes).
Como consecuencia, el resultado de la pregunta sobre la independencia es muy otro; 53,3% al SI, frente a 41,5% al NO. Esto es mucho más cercano a la realidad, que estará en una diferencia de entre 7 y 11 puntos entre el SI y el NO. De hecho, en el Ara (click sobre enlace), que no es precisamente un periódico unionista, con los datos de la encuesta del CEO de junio, daba un porcentaje al NO del 44,2% frente al 55,8% del SI, con un 77% de participación.
La conclusión es obvia; las encuestas del CEO dan porcentajes holgados a favor de la independencia simplemente porque excluyen a una gran cantidad de potenciales unionistas. Es un hecho.

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