Publicado en Newagecule el 4 de abril de 2012
Cromatografía de gases
El cromatógrafo de gases
es un aparato que sirve para identificar las sustancias que componen
una muestra. Puede ajustarse para distintos niveles de detección, y
de esta forma, una sustancia que se encontrara presente en una
proporción inferior al nivel de detección utilizado no aparecería
en los resultados.
Pero si ajustáramos el instrumento a mayor nivel
de detección por supuesto la encontraríamos. El primer resultado no puede
considerarse realmente un error, pues en las proporciones que hemos
determinado inicialmente la sustancia no está presente, aunque si lo esté en
proporciones inferiores.
En el fútbol el
instrumento que se utiliza para identificar las infracciones en el
reglamento durante un partido son los sentidos de un ser humano, el
árbitro. Aunque tiene la ayuda de los jueces de línea, se trata de
un instrumento bastante limitado, porque observa el juego desde un
sólo punto de vista, en general fijado en la posición de la pelota,
lo que hace que no pueda ver bien lo que ocurre en el resto del
campo.
Además, su punto de vista se encuentra al nivel del terreno
de juego, con lo que puede verse obstaculizado por jugadores. Es más,
depende de sus piernas para moverse, con lo que a veces no puede
rectificar el lugar desde donde visiona el juego con la suficiente
rapidez, como por ejemplo, cuando el balón ha sido desplazado por un
pase largo.
Por lo que hace a sus ayudantes, una de sus funciones, señalar los fuera de juego, requiere que sean conscientes al mismo tiempo del momento en el que se juega el balón en una parte del campo, y la posición en una línea imaginaria de los jugadores que se encuentran en otra parte diferente. Linea además determinada por la posición de un jugador que puede encontrarse en movimiento.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el código que debe aplicar
requiere a veces que juzgue, no los hechos, sino la intención de los
jugadores (“...a juicio del árbitro, implicado en el juego
activo...).
Y, finalmente, debe juzgar en el instante,
pues no tiene posibilidad de reexaminar los hechos.
Por otro lado, existe
otro instrumento que, aunque no oficialmente, se usa también para
juzgar lo que ocurre en un partido. Son las cámaras de televisión.
Ofrecen numerosos puntos de vista, de forma que no sólo es posible
observar desde distintos ángulos lo que ocurre en las inmediaciones
de la pelota, sino que pueden contemplarse otras partes del terreno
de juego.
Para cambiar de punto de vista basta que un realizador
apriete un botón. Los puntos de vista se encuentran a diversos
niveles de visión (a nivel del terreno, por encima de él, e incluso
cenitalmente a veces). Cuando es necesario se pueden usar ayudas
infográficas (trazar una línea en la pantalla por ejemplo) para
aclarar las posiciones de los jugadores. Y lo más importante, cabe
la posibilidad de repetir las jugadas tantas veces como se quiera, y
a velocidades mucho menores que el tiempo real.
El caso es que asistimos cotidianamente a la exhibición de “errores arbitrales” detectados mediante las posibilidades que ofrece la televisión, sin que se tenga en cuenta, o se mencione en ningún momento lo que realmente le resulta posible discernir al árbitro.
Como en el
cromatógrafo de gases, muchas veces la jugada existe (el penalty, la
falta que merece expulsión, el fingimiento, etc...), pero las
posibilidades de detectarla están por debajo de lo que una persona
al instante, y en el terreno de juego puede percibir. No puede
hablarse con propiedad de error en este caso, pues el árbitro no puede
juzgar más que aquello que ve, o cree ver, y en eso decide bien.
Esto
podría llevar al debate de en qué medida sería apropiado introducir
ayudas tecnológicas al arbitraje en el futbol, pero esa es otra
cuestión. Mientras la situación sea la que hoy es sería saludable,
aunque me temo que utópico, que se introdujera este factor en los
comentarios sobre los arbitrajes.
En el Barcelona-Milan
tenemos un ejemplo de lo que quiero decir en el penalty de Nesta a
Busquets.
As ha publicado unas fotos de dos instantes de la jugada
que permitirían concluir que Xavi no había golpeado el balón
cuando Nesta y Busquets ya estaban en movimiento. Y en algún
programa se han estado entreteniendo repitiendo la jugada decenas de veces hasta
llegar a la misma conclusión.
Supongamos que tuvieran razón, lo que es mucho suponer. Pero
la pregunta es ¿es posible que el árbitro, que está mirando al
área, pueda distinguir si el golpeo del balón (que no ve) se
produce unas décimas de segundo antes que el inicio del movimiento
de Nesta y Busquets? Es evidente que no. Pues si es que no, la jugada
está bien pitada con el nivel de detección que cuenta, que es el del árbitro, y da
igual lo que se vea en televisión.
Me pregunto cúantos
"errores" no pasarían este test.
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